La Reinecita
Explicación del cuadro (Por el Padre Miguel Sánchez Muñoz hermano del pintor Vicente Sánchez Muñoz)
Aparece Santa Teresita, quinceañera, no vestida de negro, como en la foto que a ella le tomaron siendo postulante, sino con vestido claro, como cuando se presentó, en compañía de su papá, al Sr. Obispo de Bayeux y Lisieux para pedirle el permiso de hacerse carmelita a a los quince años.
Ella nunca usó peinado alto, excepto en esta ocasión, en que quiso peinarse así para verse más grande y así lograr que el Prelado le diera el permiso deseado.
Contemplando el cuadro, se divisa al fondo, medio nimbada, su Basílica, (la mayor del mundo después de la de San P edro de Roma). Simboliza el gran edificio de su santidad, edificio que ella se propuso levantar y que lo dejó bien terminado, pues ella dijo “Yo no quiero ser una santa a medias”.
A corta distancia de Teresita se ve un camino que va rumbo a la Basílica. Este camino significa su “caminito”. Camino corto, camino seguro de santidad que le reveló el Espíritu Santo y que ella nos enseñó… Este camino se ve bordeado de rosas porque es un camino de amor.
Al fondo, al lado derecho del que contempla el cuadro, vemos un entierro con su fúnebre cortejo, que se dirige en sentido muy distinto del camino. Ese entierro representa al espíritu del mundo, espíritu que Cristo excluye de la Salvación…
El muerto de ese entierro es Satanás que es el primero que murió a la vida de la gracia… ¡y cuánto apesta ya ese muerto!...
El cortejo de ese entierro lo forman todos los tontos que siguen a Satanás aceptando las máximas del mundo fincadas en el egoísmo: amor a las riquezas, honores y placeres.
Este entierro con su cortejo fúnebre y sombrío, presenta un recio contraste con la figura de Teresita, que aparece toda ella linda y encantadora, como capullo de rosa en días de primavera.
Esto hace alusión a lo que ella misma nos cuenta: pues dice que cuando entró con su papá en la Catedral de Bayeux se celebraba en esos momentos un solemne funeral, y que “la iglesia estaba llena de damas vestidas de luto”…
A petición de Don Luis, Teresita pasó por en medio de aquella fúnebre concurrencia, luciendo ella su “vestido claro y su sombrero blanco”…
Después ella diría: “obliguemos a este mundo corrompido a percibir la fragancia de nuestra vida”…
Finalmente, Teresita aparece teniendo en sus manos una rosa blanca, recién abierta y que no tardara en deshojarse…
Esa rosa blanca simboliza su vida.
Así tituló ella su vida: “Historia primaveral de una florecita blanca”…
Blanca rosa perfumada que llenó de fragancia los ámbitos de todo el mundo… ¡Eso es Teresita!
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