El Santo sacrificio de la Misa encierra el misterio de nuestra fe, el dogma por excelencia de la Fe
HIC EST ENIM CÁLIX SÁNGUINIS MEI,
NOVI ET AETÉRNI TESTAMÉNTI: MISTERIUM FIDEI:
QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS
EFUNDETUR IN REMISIONEM PECCATORUM
(Palabras de la consagración del vino)
P. Rafael Navas Ortiz
Indice
- Introcción
- Explicación de la transformación de las especies com realización del plan de amor de Dios
- Necesidad natrual del Sacrificio
- El rito establecido e no inventado
- Cánone del Sacrifico de la Misa
- Esquema
INTRODUCCIÓN
El Santo Sacrificio de la Misa encierra el misterio de nuestra Fe, el dogma por excelencia de la Fe.
“Misterio escondido desde tantos siglos en Dios”...
El Santo Cura de Ars dice que es incomprensible para las fuerzas humanas: “Ni el Sacerdote que celebra la Misa puede comprender el valor de una Misa; si comprendiera moriría, ya sea de temor o temblor ante poder tan grande otorgado a una criatura tan frágil y tan débil... o moriría de amor agradeciéndole a Dios por haberlo escogido para un ministerio tan sublime”.... “tal vez en la otra vida comprendamos algo del valor que tiene una Misa”.
San Juan Eudes dice que “se necesitaría una eternidad para preparar una Misa, otra eternidad para celebrarla y una eternidad para dar gracias por haberla celebrado”.
El Padre San Pío de Pietrelcina afirma que “el mundo podrá existir sin sol, pero no sin la Santa Misa”.
Estando dada la infinitud de lo que es el acto más grande que puede existir, aquí vamos a tratar de aproximarnos al misterio de nuestra Fe y concientes de nuestra indignidad, balbucearemos como un infante que aprende repitiendo lo que oye de su madre; para esto, lo haremos a la luz de la enseñaza y práctica secular de nuestra Madre la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
La Misa es el centro y el corazón de la Iglesia, el alfa y el omega.
Todo parte del amor misericordioso, del amor de Dios por la criatura: la crea y la redime “todo lo que fue hecho sin El no fue hecho”.
El acto creador de Dios corresponde a su deseo de difundir, fuera de Sí, el ser, el bien, la belleza que en El existen de modo esencial. “Bonum difusivum sui”. El bien es difusivo de por sí. Crea con orden, belleza, bondad, etc.; Dios refleja sus perfecciones en la obra creada... pero El quiere comunicar aún más, quiere comunicar su vida intima: La felicidad suprema de las relaciones trinitarias... ¿Crear otro Dios? Es imposible, no puede haber dos infinitos… y por decirlo así, (al modo humano) Dios decide crear un ser que fuera como una síntesis de la creación (un cuadro sinóptico) que contuviera en sí todos los elementos del orden creado: Ser, mineral, animal, y espíritu, para, uniéndose a él, unirse a su creación completa y así, por la unión de las dos naturalezas, divina y humana (en la Unica Persona divina del Verbo Encarnado) toda la creación participaría de la felicidad intima, del gozo sempiterno de las relaciones trinitarias:
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